lunes, 25 de marzo de 2013

1.3.3 uso de la palabra

Uso de la palabra



Cada dia se habla y se escribe peor el espa�os va a perdiendo pereza y elegancia por que la mayor parte de sus usuarios por la prisas de la vida actual la influencia de los medios de comunicacion los politicos y otros personajes populares ademas de la propia economia de lenguaje no parecen tanto preocuparnos por utilizar con correccion el lexico y la sintaxis.










Esta comprobado en terminos estadisticos que en los actos de comunicacion de la vida ordinaria, contando el vocabulario frecuente y el vocabulario disponible se utilizan menos de dos mil palabras para expresarse que el empleo de este lexico solo se ve enriquecido por el vocabulario tecnico en determinadas ocaciones que la sintaxis que rompe facilmente en el lenguaje oral y que las limitaciones y las incorrectas de lexico y las estructuras sintacticas orales influyen en forma poderosa en la lengua escrita donde acaban imponiendose.


Segun la real academia espa�ola "palabra" sig. "SONIDO O CONJUNTO DE SONIDOS ARTICULADOS (O SU REPRESENTACION GRAFICA) QUE EXPRESAN UNA IDEA."
La correcta expresion de los pensamientos y sentimientos requieren la utilizacion de palabras adecuadas aquellas en que cada lengua mejor expresan por si mismas o bien acompa�adas lo que se quiere transmitir.
La precicion terminologica es fundamental para la comunicacion y por ella es tan importante un lexico rico que permita arguir sin ambiguedades y equivocos junto a la libertad de expresion se requiere la capacidad de expresion disponer de las palabras que transmiten fidedignamente nuestras reflexiones.
Las palabras no son si no se pronuncian es tarea escencial de la educacion que libera saber pensar y expresarce correctamente esta es disciplina angular aprendizaje insituistuible durante toda la vida.




MAL USO DE LA PALABRA

Sobre aquella inmensa y sosegada explanada de silencio, la palabra tom� tranquilamente asiento y all� aguard� con suma paciencia, durante siglos, hasta que hicieran su aparici�n la idea y el pensamiento para ponerse, acto seguido, bajo su incondicional servicio.


Sin embargo, la palabra jam�s se sentir�a responsable absoluta de sus actos; estos siempre fueron propiedad exclusiva de sus �nicos due�os: la idea y el pensamiento.

Por desgracia para todos nosotros, la palabra no gozar� jam�s de la independencia necesaria que le permita rechazar, -de manera aut�noma-, determinadas ideas o pensamientos expresados a trav�s de ella.

Sobre el espejo p�blico pero del todo inocente de los cargos que con tanta malicia se le imputaban, la palabra, expuesta continuamente bajo la espesa lluvia de afiladas navajas de plata arrojadas desde las soleadas terrazas de las m�s altas cotas de poder, ha permanecido siempre amenazada por una censura implacable, siniestra, falaz y en todo momento cobardemente oculta bajo un espeso pliego de papel de estraza y sobre cuya grasienta superficie ni siquiera la palabra escrita tampoco obtuvo nunca el perd�n.

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